Tratamiento para las enfermedades más comunes de los párpados
Muchas personas no les prestan atención a los párpados, a menos que tengan un problema con ellos o simplemente para maquillarlos. Sin embargo, esta es una parte esencial de los ojos que si no cuidas de manera adecuada pudiera comprometer tu visión.
Su función principal consiste en proteger a ese órgano ocular de posibles lesiones, razón por la cual, mediante el parpadeo, se encargan de renovar la película lagrimal, de manera que las partículas externas que se encuentran en la superficie no le hagan daño.
Además, forman una barrera protectora que impide la entrada de luz excesiva durante el día y la sequedad al cerrarlos para dormir. Pero, al igual que otras partes del cuerpo, pueden padecer de infecciones, inflamación y otras afecciones frecuentes.
Trastornos a los que hay que prestarle atención
Existe una rama muy amplia de patologías que afecta esos pliegues cutáneos. Algunas se asocian con la edad y otras a condiciones congénitas o hereditarias, infecciones, tumores benignos o malignos, traumatismos y causas ambientales.
Dependiendo del tipo de trastorno, es posible que adopten una posición anómala, disminuyan el campo visual, generen malestar e incluso modifiquen la expresión facial. En casos extremos, son capaces de provocar una úlcera o perforación de la córnea.
Las alternativas de tratamiento son habitualmente quirúrgicas y ambulatorias. Si notas algo extraño en tu mirada, como redundancia de piel o caída, consulta a tu oftalmólogo, ya que podría tratarse de una enfermedad de este tipo. A continuación, repasaremos las más comunes:
Dermatochalasis
Esta es la denominación que suelen darle los médicos a la cubierta caída. Se origina generalmente debido al envejecimiento, por los cambios en los tejidos producto del tiempo y la gravedad, lo cual genera un exceso de piel y peso, en la parte superior, que los tumba.
Al caer sobre las pupilas, disminuye el campo visual, se limita la lectura y, prácticamente, cualquier actividad cotidiana. Normalmente se ve en personas de avanzada edad y con parálisis facial que pierden laxitud, en un solo ojo o de forma bilateral.
Sus síntomas son: sensación de lagrimeo, irritación y enrojecimiento, entre otros. Quienes la presentan, lucen como si estuvieran enojados o tristes. Se soluciona mediante una cirugía llamada blerosplastia, la cual consiste en corregir la parte estética y funcional.
Ptosis palpebral
Consiste en la reducción de la abertura o márgenes libres entre las membranas móviles. Se diferencia del caso anterior en que el descenso no se debe a la carga. Responde a una patología por sí misma del músculo que las abre, ya sea por un fallo del nervio o una cuestión de nacimiento.
Eso significa que la persona afectada no tiene una apertura normal, sino una estrechez de la hendidura que le dificulta la visión. Además, esta condición ocasiona cansancio, puesto que, para poder visualizar los objetos, el afectado requiere elevar mucho la frente y cambiar su postura en posiciones no necesariamente naturales.
Al igual que otras alteraciones palpebrales, se resuelve por vía quirúrgica. El procedimiento consiste en reforzar el músculo y recolocarlo en su posición normal. De esta manera, se recupera la simetría y mejora la capacidad visual del paciente.
Ectropión y entropión
También son malposiciones de las estructuras que resguardan el globo ocular, por diversos motivos. El ectropión es el típico margen inferior caído que gira hacia afuera, dejando expuesto todo el recubrimiento interno del órgano.
Esto hace que el ojo se enrojezca, no se lubrique de forma adecuada y cause secreción lagrimal en exceso, infección y baja visión. El entropión consiste en lo opuesto, es decir, cuando está invertido hacia dentro y las pestañas rozan la córnea, lo que pudiera causarle una lesión o cicatriz.
Ambos trastornos tienen múltiples causas, como: la edad, traumas, quemaduras e incluso cáncer de piel. A veces, el tratamiento incluye lágrimas artificiales o ungüentos oftalmológicos. Si no mejora, hay que operar para recomponerlo. Las cirugías son rápidas y seguras.
Blefaritis
La blefaritis esta afección es otra inflamación del borde palpebral que afecta a las glándulas sebáceas cercanas a las pestañas. Por eso se llenan de partículas grasosas y escamosas que provocan enrojecimiento del área, ardor y dolor en uno o los dos ojos.
Las infecciones por bacterias son su causa más común, pero también hay que tomar en cuenta otro tipo de infestaciones y afecciones como: la psoriasis, rosácea, problemas intestinales y hormonales y ciertos medicamentos.
La sintomatología es variada e inespecífica, incluye visión fluctuante, ojo rojo, orzuelo, fotofobia, sensación de un cuerpo extraño dentro del ojo y picazón.
Su tratamiento dependerá de aquello que la origine. Por lo general, los médicos recomiendan aplicar compresas tibias y masajes.
Triquiasis y distiquiasis
Ambos términos se relacionan con un crecimiento atípico de las pestañas. Con la triquiasis, estas nacen en sentido contrario al normal, lo que provoca dolor, llagas y pérdida de transparencia de la córnea, así como de la visión si no se trata a tiempo.
En cambio, la distiquiasis hace que crezcan en lugares no habituales como detrás de las glándulas de Meibomio, lo que produce síntomas muy similares a la anterior enfermedad. Su aparición se relaciona con factores variados.
En el primer caso, figuran el herpes zoster, los tumores, la infección por Chlamidya y los procesos de regeneración del tejido provocados por accidentes. En el segundo, trastornos congénitos o secundarios. Dependiendo del daño, se requerirá o no cirugía.
Blefaroespasmo
Se trata de una contracción repetitiva e involuntaria del músculo orbicular que aparece gradualmente provocando una especie de temblor en los ojos. Va aumentando en frecuencia e intensidad y cuesta mucho controlarla.
Provoca sensibilidad a la luz, visión borrosa y cierre forzoso de los pliegues superiores e inferiores. El estrés y la fatiga son sus causas más comunes, aunque puede deberse también a trastornos neurológicos, efectos adversos de medicamentos y falta de lubricación.
Las lágrimas artificiales alivian los síntomas, pero por lo general desaparecen sin necesidad de terapia. Si no cesan, se extrae parte o la totalidad de las fibras de unos de los músculos superiores para que no se cierre de esa manera. Estas cirugías se realizan bajo anestesia local.
Diagnóstico de las enfermedades de los párpados
Los problemas de los párpados varían en cuanto a su gravedad. Mientras unos se resuelven por sí solos, otros requieren intervención médica inmediata. Por suerte, la mayoría de las afecciones no ponen en peligro la salud visual de las personas.
Ante los síntomas como ardor, dolor o sensación de cuerpo extraño, resulta imprescindible asistir a una consulta médica con el oftalmólogo. Su reconocimiento y diagnóstico es crucial para su adecuado manejo, ya que los párpados aseguran la salud de los ojos.
La zona palpebral proporciona cobertura de la córnea, ayuda en la distribución y eliminación de las lágrimas. ¿Qué pasa si no se diagnostican a tiempo las enfermedades de los párpados? Si no se tratan de manera oportuna, muchas lesiones oculares pueden causar baja visión, ceguera y otros problemas.
Nadie está exento de sufrir una lesión en el párpado en cualquier momento. Así que asegúrate de tomar precauciones y usar equipo protector para los ojos. Por ejemplo, si tienes una lesión no te frotes el ojo, ni te automediques. Busca atención médica de inmediato.