Infecciones Bacterianas de los Ojos
Si hay algo que molesta y desespera son los síntomas que aparecen cuando las infecciones atacan a nuestros ojos. Es una pesadilla sentir secreciones, visión borrosa, dolor, sequedad, irritación o ardor. En ese momento, pareciera que nunca desaparecerán.
A veces, son trastornos leves, cuya molestia cesa en poco tiempo y sin dejar daños lamentables. Sin embargo, es latente la posibilidad de que se conviertan en patologías graves y desemboquen en ceguera u otras enfermedades difíciles de solucionar.
Se producen cuando hongos, virus o bacterias colonizan el globo ocular o la zona adyacente. Es decir, la que va desde la conjuntiva hasta la córnea. Evidentemente, los ojos son susceptibles a estos patógenos porque no están protegidos por el sistema inmune.
La exposición al medio ambiente, los convierte en una vía de fácil acceso para estos agentes extraños, que siempre están dispuestos a adherirse o invadir los tejidos y células. Aquí veremos las principales bacterias e infecciones que se desarrollan en los ojos.
Microbiota humana
Tanto en las capas profundas de la piel y su superficie, como en la mucosa oral, la saliva y la conjuntiva, viven un conjunto de microorganismos (MO) que conforman el microbioma humano. Al que también te puedes referir como microbiota humana.
Está constituida por una colección de hongos, bacterias y arqueas, que funcionan e interactúan con los tejidos. Su función principal es evitar o reducir la oportunidad de que microorganismos patógenos se establezcan en dichas aéreas y produzcan enfermedades.
Es decir, que son de gran utilidad porque con su metabolismo se produce la degradación de muchos productos de desecho. Además, la producción de nutrientes vitales para esas zonas que habitan. Por lo que son importantes para que nuestra salud sea óptima.
Por una parte, existe la microbiota basal o residente, compuesta por MO permanentes. Los cuales, después de colonizar los tejidos epiteliales de la piel, se quedan ahí para siempre. Entre ellos está la Staphylococcus epidermidis, presente en la superficie ocular.
Por otra parte, contamos con la microbiota transitoria, la cual varía según las condiciones del individuo. Esta incluye MO potencialmente patógenos, que colonizan una determinada parte del cuerpo de forma intermitente. De hecho, son contagiosos
Microbiota ocular
Existen tres tipos de bacterias: las patógenas, no patógenas y oportunistas. Las primeras evaden el sistema inmune para invadir o adherirse a las células y tejidos, produciendo una actividad toxigénica. De ahí, se generan las infecciones bacterianas.
Suceden en un sitio primario, luego se diseminan y llegan al torrente sanguíneo o linfático, lo que les da oportunidad de multiplicarse y estabilizarse en otros medios sin comprometer su viabilidad. Otro causal de estas enfermedades son las bacterias oportunistas.
La diferencia de estas con las patógenas es que solo producen enfermedades cuando el hospedador tiene baja resistencia. Es decir, un sistema inmune débil, ya sea por su edad, infecciones previas, patologías basales, etc.
Ahora bien, en el ojo humano están presentes en su superficie, compuesta por los párpados, limbo, córnea y conjuntiva. Por lo general, no ocasionan malestares, gracias a que:
- Están en mínimas cantidades
- Debido al barrido de partículas que se produce por la secreción lagrimal
- Por el accionar de las pestañas, cejas y el parpadeo que impiden el ingreso y la adherencia al saco conjuntival de partículas nuevas.
Bacterias que afectan la salud visual
Con el paso del tiempo el microbioma cambia desde el nacimiento. De esta manera, la conjuntiva se convierte en el lugar idóneo para que ciertas bacterias se instalen, aunque se mantenga lubricada por el parpadeo y lagrimeo. Las cinco más comunes son:
Haemophilus
Es el grupo de bacterias que habitan en el organismo y causan enfermedades respiratorias, en las articulaciones, ojos, huesos y sistema nervioso. En el globo ocular se encuentran la de tipo Haemophilus aegyptius y Haemophilus influenzae.
Entre las enfermedades que genera está la conjuntivitis bacteriana. Para acabar con ella, es ideal usar antibióticos, como la Gentamicina y Tobramicina. También, es factible emplear asociaciones de neomicina con sulfato de polimixina B.
Neisseria
Están presentes en las mucosas. Es común que se refieran a ella como Gonococo. Es potencialmente virulenta. Pero, solo existen dos tipos que, realmente, son patógenas: la Neisseria gonorrhoeae y Neisseria meningitidis.
La enfermedad más frecuente que produce es la gonorrea. Sin embargo, la primera es la que afecta nuestra vista, causando infecciones como la oftalmia del recién nacido. Para tratarla se suele indicar Gentamicina y Dexametasona.
Staphylococcus
Se establecen en las zonas profundas de la piel y la nariz. Si bien, las estadísticas señalan que no causan daños severos, se conocen casos donde, además de provocar infecciones cutáneas, ingresaron al torrente sanguíneo, pulmones, huesos y articulaciones.
De hecho, también tiene la capacidad de llegar al corazón para causar endocarditis. Incluso, la Staphylococcus aureus y Staphylococcus epidermidis invaden la superficie ocular para provocar Conjuntivitis, Blefaritis, Endoftalmitis, Celulitis, Queratitis y Dacriocistitis.
Streptococcus
Tienen forma de esfera (coco), de ahí su nombre. Son muchas las enfermedades que causa alrededor del cuerpo, como neumonía, faringitis estreptocócica e infecciones en la piel, válvulas cardíacas, heridas y torrente sanguíneo.
Se propaga mediante estornudos o tos. Adicionalmente, mediante el contacto con las úlceras o heridas afectadas. Incluso, es tan potente que se puede transmitir durante el parto vaginal. En el ojo actúa el Streptococcus viridans y provoca conjuntivitis bacteriana y celulitis orbitaria.
Chlamydia
Infecta solo a humanos y es intracelular. En el globo ocular actúa el tipo de Chlamydia trachomatis, la cual provoca ceguera y tracoma. Además, afecta otros órganos con neumonías, infecciones óculogenitales y el síndrome de Reiter o artritis reactiva.
Disbiosis de la microbiota ocular
El desequilibrio del microbioma ocular desencadena diversas enfermedades o eventos inflamatorios. Es en ese momento, donde los microbios virulentos superan la reacción inmunitaria del organismo y permiten la afectación del órgano visual.
Para ser más específicos, las cinco bacterias expuestas anteriormente causan enfermedades e infecciones en los ojos como las siguientes:
1. Tracoma
En el mundo se considera a esta infección como la principal causa de la ceguera. Y es que es común que este sea el resultado definitivo de la afección. Los MO que la provocan son: Chlamydia trachomatis, Streptococcus, Corynebacterium y Haemophilus influenzae.
Es altamente transmisible por el contacto con secreciones oculares o nasales. De hecho, es frecuente en niños, ya que son la principal fuente de propagación. Existe la posibilidad de erradicarla, pero es más factible la reiteración.
2. Queratitis bacteriana
La disbiosis ocurre en la microbiota de la córnea o la conjuntiva. En esta infección abundan microorganismos como Staphylococcus, Streptococcus. También, aparecen otras bacterias, entre ellas: Capnocytophaga, Bosea y Methylobacterium.
En esta enfermedad se desarrolla inflamación en la córnea. Te darás cuenta de que tus ojos se ven afectados por esta patología porque verás que el borde de la estructura tiene un tono rojizo. Además, tu visión estará comprometida y sentirás dolor.
3. Conjuntivitis bacteriana
Tenemos una membrana mucosa, cuya función es cubrir y proteger el ojo y los párpados. Es la conjuntiva, ahí se manifiesta esta infección que, comúnmente, se presenta en su forma más aguda. Es decir, que verás secreción purulenta, hiperemia y edema conjuntival.
Generalmente, inicia en un ojo y luego afecta al otro. Los microorganismos que atacan son el Staphylococcus, Streptococcus y Haemophilus. No hay una cierta población que se vea más o menos afectada, pues la infección se desarrolla tanto en hombre, como en mujeres.
4. Oftalmía del recién nacido
Es una infección ocular que afecta a los bebés cuando están llegando al mundo. Es decir, que la contaminación se produce durante el parto. En realidad, cualquier enfermedad que perjudique la conjuntiva de la criatura se denomina oftalmia del recién nacido.
En este caso, son muchos los patógenos que provocan la afección. Por ejemplo:
- Staphylococcus,
- Streptococcus pneumoniae
- Streptococcus A y B
- Neisseria gonorrhoeae y Neisseria meningitidis.
- Chlamydia Trachomatis
5. Blefaritis
En este caso la parte afectada es el borde libre de los párpados, la cual se inflama. Incluso, es común que, al mismo tiempo, en la conjuntiva se genere inflamación. Con el paso de los días, se puede convertir en una afección bilateral y crónica.
Verás enrojecimiento, formación de escamas en la base de las pestañas, que se vuelven pegajosas y engrosamiento de la zona. En los pacientes que la padecen se evidencia abundancia de Staphylococcus. Hay dos tipos: la ulcerosa y la no ulcerosa.
En la primera, los folículos de la pestaña producen supuración crónica, lo que en algunas ocasiones desencadena un rompimiento de la estructura para formar úlceras superficiales. En la segunda, aparecen escamas blancas que suelen estar acompañadas por seborrea.
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Tratamiento para infecciones oculares causadas por bacterias
En principio, debes evitar frotarte el ojo afectado. Al ser altamente contagiosas, es necesario que mantengas tus manos libres de microbios. En caso de que se te olvide, lávalas para no tocar el ojo sano o a otras personas.
Por otro lado, es importante que limpies la zona frecuentemente. Es preferible que uses toallas desechables. Existen unas que venden para estos casos específicos. Así pues, también debes dejar las lentillas hasta que estés completamente sano.
Si la infección está en su primera etapa, posiblemente hagan efecto los colirios, pomadas oculares, astringentes y antibióticos. Ahora bien, si el efecto no es el esperado, acude a un especialista. Nada mejor que sus indicaciones para evitar consecuencias irreversibles.