Xeroftalmia: Causas, síntomas y tratamiento

La deficiencia de vitamina A en el organismo ocasiona una enfermedad ocular denominada xeroftalmia, también conocida como queratoconjuntivitis seca, la cual provoca resequedad, daños en la córnea, ceguera nocturna, entre otros males de la vista.

La afección, de carácter progresivo, suele manifestarse a través de manchas en la superficie del ojo, ulceraciones y opacidad corneales. La buena noticia es que, si se le aborda con tiempo, es susceptible de ser revertida mediante un tratamiento que, por supuesto, incluye la vitamina A.

Si estás interesado en tu salud visual y quieres saber qué es la xeroftalmia, sus causas, síntomas y tratamiento, te invitamos a seguir leyendo.

A qué nos referimos cuando hablamos de xeroftalmia

La xeroftalmia es una enfermedad que ataca a los ojos y que de no tratarse a tiempo o de manera adecuada, conduce a la pérdida de la visión, incluso en los niños. Se origina en la deficiencia de vitamina A y se manifiesta a través de ceguera nocturna, degeneración de la córnea y retinopatía.

Cuando una persona padece de xeroftalmia, produce pocas lágrimas, por lo cual la superficie ocular no recibe lubricación adecuada, produciéndose resequedad en la córnea y la conjuntiva, picazón, fotofobia, entre otras molestias.

Algunas personas son más propensas a enfermarse que otras

Quienes están más expuestos a presentar xeroftalmia son aquellos individuos que no tienen una dieta adecuada o que viven en condiciones de pobreza. Los niños son una población vulnerable a esta patología, ya que para ellos resulta imprescindible tener una buena ingesta de vitamina A.

Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 2.8 millones de infantes están enfermos de xeroftalmia y cada año se registran 350 mil nuevos casos. Una de las mayores preocupaciones de las organizaciones es la recurrente secuela de ceguera total o parcial.

Otros factores que facilitan la presencia de la xeroftalmia, porque interfieren en la absorción de la vitamina A, son: el alcoholismo, cirrosis, fibrosis quística, diarreas prolongadas y la administración de yodo radiactivo para combatir el cáncer de tiroides.

Qué ocasiona la xeroftalmia

La vitamina A es fundamental para que el organismo tenga buenas defensas, también es determinante para la salud de la piel, la retina y, en general, para el buen funcionamiento del sentido de la visión. Cuando existen deficiencias, una de las consecuencias es la xeroftalmia.

Es necesaria la ingesta regular de los alimentos que contienen vitamina A, a fin de prevenir esta afección que compromete en extremo el funcionamiento de los ojos.

Para evitar la xeroftalmia y otras enfermedades es importante consumir carnes rojas, pollo, pavo, pescado, hígado, res, lácteos, arroz dorado y huevos, que son fuentes por excelencia de este nutriente.

También se le encuentra en vegetales verdes (espinacas, brócoli, col), frutas como el mango y el melón, aceite de palma roja, verduras de color amarillo o naranja (zanahorias, por ejemplo).

Existen otras causas para que se produzca la xeroftalmia

Por otra parte, esta enfermedad también surge cuando no se produce la cantidad ni la calidad de lágrimas que el ojo necesita para mantenerse lubricado, así como también por trastornos metabólicos, enfermedades del hígado e intestinales, pancreatitis y alcoholismo.

De igual modo, se le asocia con infecciones intestinales de origen parasitario como la ascaridiasis, estrongiloidiasis y giardiasis.

Será el médico oftalmólogo, una vez realizados los estudios de rigor y con el diagnóstico confirmado de xeroftalmia, quien determine en cada caso cuál fue el origen de la afección en un paciente en particular.

¿Cuáles son los síntomas?

Como toda enfermedad progresiva, la xeroftalmia inicia con síntomas leves que luego se agravan. La deficiencia de vitamina A conduce a que la conjuntiva ocular (revestimiento del globo y párpados) se reseque y tienda a arrugarse.

Entre los primeros efectos de la xeroftalmia temprana está la ceguera nocturna. Al extenderse, se producen lesiones corneales llamadas manchas de Bitot, úlceras y un deterioro que deriva en pérdida de la visión si no se atiende de forma oportuna.

La OMS ha enumerado los síntomas más recurrentes de la xeroftalmia de la siguiente manera:

Nictalopía o ceguera nocturna

La nictalopía o ceguera nocturna, tal como su nombre lo indica es la capacidad reducida para ver en horas de la noche o en condiciones de poca luminosidad. Esto ocurre tanto en espacios cerrados como abiertos; los conductores experimentan serias limitaciones debido a esto.

Puntos de Bitot

Las manchas de Bitot se aprecian como depósitos opacos, de color claro, que se desarrollan en la conjuntiva, membrana que cubre la superficie externa del ojo y la cara interna de los párpados. Están formados por células epiteliales que se elevan en forma de escamas sobre este tejido.

Xerosis conjuntival

Cuando la conjuntiva presenta apariencia anormalmente seca y opaca, estamos en presencia de una xerosis conjuntival.

Xerosis corneal

Cuando existe xerosis corneal es posible visualizar la córnea con una apariencia seca y que ha perdido transparencia. Inicia con lesiones en la superficie que progresan hacia la degeneración corneal o queratomalacia. El tratamiento con altas dosis de vitamina A permite la mejoría.

Cicatriz corneal

Es una abrasión o raspadura producto de la resequedad y que provoca que la córnea pierda transparencia. Puede ser en ambos ojos y originada por la falta de vitamina A en el organismo.

Quienes la padecen suelen ser personas con desnutrición considerable, enfermedades respiratorias o gastrointestinales.

Queratomalacia y ulceración

La queratomalacia se caracteriza por la degeneración de una parte o la totalidad de la córnea, la cual se vuelve opaca, reseca, pudiendo presentar áreas ulceradas y necrosis.

Fondo de ojo xeroftálmico

La exploración ocular mediante el fondo de ojo permite apreciar las distorsiones funcionales y estructurales de la retina, derivadas de la xeroftalmia.

Cuál es el tratamiento para curar la xeroftalmia

La xeroftalmia, por lo general, se aborda por dos o tres especialistas. El oftalmólogo, el nutricionista y el médico internista evalúan, cruzan opiniones y se establece un tratamiento. La prescripción de fármacos y una dieta que contemple la ingesta de vitamina A, en primer lugar.

Los exámenes de laboratorio, así como la evaluación oftalmológica aportarán la información necesaria para diseñar un plan de acción.

Es factible que se indique antibióticos, sobre todo si existen úlceras corneales, en muchas ocasiones asociadas a procesos infecciosos. También como prevención ante complicaciones secundarias. Las lágrimas artificiales se encuentran incluidas dentro de los fármacos que se recetan.

La vitamina A, por vía oral o inyectada, como suplemento, forma parte del plan de emergencia ante un caso de xeroftalmia. En su fase inicial o intermedia obrará favorablemente, evitando que la afección provoque daños mayores, mientras se recupera de las lesiones oculares.

Se recomienda cubrir el ojo con gasas a fin de resguardarlo de factores ambientales y otras molestias.

El factor alimenticio y su importancia para curar la xeroftalmia

En lo que respecta al tema nutricional, una alimentación adecuada rica en vitamina A será vital en este proceso de revertir un caso de xeroftalmia. Los productos fortificados y suplementos también hacen su parte.

Cuando la xeroftalmia se aborda oportunamente, el paciente mejora. En cuadros avanzados es posible que queden secuelas y cicatrices; la cirugía ocular se considera como una posibilidad en ciertos casos. Aquellos pacientes que no reciben diagnóstico y tratamiento oportuno, difícilmente logran sanar.

Una vez que la xeroftalmia se diagnostica, lo apropiado es que se atienda como una emergencia, iniciando de inmediato el tratamiento y procedimientos pertinentes. Se trata del riesgo de que una persona pierda un sentido tan valioso como la visión.

Una dieta que incluye la vitamina A para prevenir la xeroftalmia

La mejor medicina es la prevención, de manera que incluir en la dieta diaria alimentos que contengan vitamina A te ayudará a preservar el buen estado de tus ojos.

Según aclaran los expertos de la Organización de las Naciones Unidas para la alimentación (FAO), la vitamina A o retinol presente en productos de origen animal es la más efectiva para combatir la xeroftalmia.

La yema del huevo, lácteos, carnes blancas y rojas, el aceite de hígado de bacalao, son fuentes apreciadas de este nutriente tan necesario para la salud visual.

Sin embargo, uno de los prodigios de la naturaleza, como lo es la leche materna, brinda el primer aporte que requiere un niño para desarrollar de manera saludable su visión. Como ya explicamos anteriormente, la población infantil está en riesgo ante esta patología.

Sin olvidar los vegetales

El consumo regular de vegetales verdes, frutas, verduras de color amarillo y naranja, igualmente debe estar presente en el menú, ya que son alimentos que brindan un aporte vitamínico y nutricional que asegura un buen estado de salud para tus ojos y el organismo en general.

Que no falten en tu mesa las zanahorias, espinacas, coles, brócoli, maíz, espárragos, tomates, calabazas, pimientos, batatas. Sobre todo, busca formas atractivas de presentarlas a los niños, para que crezcan con las defensas necesarias contra esta y otras enfermedades.

La xeroftalmia es una patología ocular que reviste serios peligros; se origina por una deficiencia nutricional o a consecuencia de otros problemas de salud. Su prevención, diagnóstico y tratamiento temprano marcarán la diferencia.