Ojos amarillos: posibles causas y cómo tratar
Todos sabemos que nuestro tejido ocular está sano cuando la esclerótica es únicamente blanca. Si por el contrario es de color amarillento, por favor presta atención, pues indica que algo anda mal en tu organismo.
Por ejemplo, los ojos amarillos podrían indicar que atraviesas un cuadro de ictericia. ¿A qué se debe? Ocurre cuando el cuerpo no elimina la bilirrubina que se forma por la descomposición de la hemoglobina, la cual es transportada por el oxígeno en la sangre.
Se supone que este componente llega a los conductos biliares a través del hígado, para ser liberado por las heces. Si esto no sucede, se acumula en la piel y ojos. Hoy hablaremos sobre las 7 enfermedades que provocan ojos amarillos. Sigue leyendo a continuación.
Conoce 7 enfermedades que provocan los ojos amarillos y formas de tratamiento
1. Hepatitis
Tiene que ver con la inflamación del hígado. Es una condición alarmante porque se convierte de forma inesperada en una enfermedad crónica.
La Organización Mundial de la Salud ha confirmado que la causa de esta anomalía no es solo el virus de la hepatitis. También, las sustancias tóxicas y las condiciones autoinmunes ayudan a que sufras una de sus cinco variantes: A, B, C, D y E.
Ahora bien, además del hígado, otros órganos como los ojos se ven afectados. Con estos últimos se asocian diversos problemas, como el color amarillento de la zona, que se supone debe ser blanca: la esclerótica.
Sucede porque en la sangre se acumula la bilirrubina. No obstante, esta condición no afecta la visión. Aun así, además de la enfermedad algunos medicamentos que se usan para restablecer el órgano también pueden causar daños. Uno de ellos es el interferón.
2. Anemia
Si el nivel de glóbulos rojos sanos en tu cuerpo es bajo, posiblemente el diagnóstico sea anemia. Hay tres situaciones que la provocan. En primer lugar, la producción de la médula ósea es deficiente. La segunda, sangrado excesivo o daños en la proteína.
Y la tercera, una anomalía que interviene mientras se producen las células sanguíneas. En todos los casos es alta la probabilidad de que la retina de tus ojos sufra las consecuencias. Según la gravedad de la enfermedad, aumentarán los riesgos de retinopatía.
En este sentido, no es extraño que se desarrollen distintos trastornos no excluyentes. Por ejemplo, que las hemorragias oculares aumenten en forma de puntos, manchas o que aparezca un edema retiniano por la presión que se genera en la zona.
Claramente, que brote el indeseable color amarillo también es una opción. Para solucionarlo deberás consumir por prescripción médica suplementos vitamínicos. Entre ellos, vitamina B12, hierro y ácido fólico. El conteo sanguíneo también será necesario para la evaluación.
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3. Hemorragia subconjuntival
Imagina que una mancha roja aparece en tu ojo y no conoces las causas. Te desesperas y crees que algo muy malo está pasando contigo. Deja las preocupaciones a un lado, es probable que uno de los pequeños vasos sanguíneos se haya roto justo en la conjuntiva.
No pasa nada, en poco tiempo todo volverá a la normalidad. ¿Causas? Un movimiento brusco, algún estornudo, tensión alta o vómitos. Las lesiones oculares, como un traumatismo por objetos extraños o que te hayas frotado el ojo, también lo pueden generar.
Es poco frecuente que surjan complicaciones. Aunque si se mantiene por muchos días, visita a un oftalmólogo para que evalúe la zona y se asegure de que todo esté bien. En pocas palabras, debes esperar. Mientras tanto, la esclerótica se irá viendo amarilla.
Esta es una señal de que falta poco para que tu ojo se vea como siempre. De cualquier forma, si identificaste la causa del sangrado toma medidas para disminuir el riesgo de que la hemorragia vuelva a aparecer. Busca ayuda profesional para lograrlo.
4. Cirrosis
Muchas enfermedades hepáticas, como la hepatitis o el alcoholismo crónico, causan fibrosis o cicatrizaciones en el hígado. Cuando la reparación de la lesión se produce lentamente o de forma tardía ocurre la cirrosis y a medida que avanza se vuelve mortal.
En muchos casos no aparecen señales de que esto esté sucediendo. No obstante, cuando la fase es avanzada presenta signos como:
- Fatiga
- Náuseas
- Pérdida de peso
- Ascitis, cuando se acumula líquido en el abdomen
- Picazón en la piel
- Aparición de hemorragias y los subsiguientes hematomas
- Enrojecimiento de las palmas de la manos
Hay más, entre ellos la decoloración amarilla de los ojos por el mal funcionamiento del hígado y su imposibilidad de liberar la bilirrubina. En este sentido, es propicio que dejes de consumir alcohol, mantengas un buen peso y, de ser el caso, que ataques la hepatitis viral.
5. Ictericia neonatal
Es muy común que se desarrolle después del parto. Toma en cuenta que durante los primeros días de vida, el bebé tiene muchos glóbulos rojos en la sangre que se deben descomponer y reemplazar de forma natural a medida que pasa el tiempo.
Y como en esta etapa el hígado aún no está completamente desarrollado, se le dificulta eliminar la bilirrubina. Esto, no solo provoca que los ojos de la criatura se tornen amarillentos, sucede lo mismo con la piel y la orina.
Normalmente el trastorno se desarrolla dos días después del nacimiento. Es inofensivo, así que no hay motivos para preocuparse. Verás que cuando tenga alrededor de dos semanas, todo mejorará. Sin embargo, habla con su pediatra si tienes dudas.
En ese periodo el médico lo evaluará de forma continua para mantener el cuadro bajo control. Ahora bien, si en casa notas que se mantiene esta característica o la comienza a desarrollar, llama al especialista para que actúe de forma inmediata.
6. Trastorno por consumo de alcohol
También lo conocemos como hepatitis alcohólica. Esta es una afección que no necesariamente aparece cuando el bebedor está en su pleno apogeo. La gravedad comienza incluso años después, sin importar que en algún momento lo hayas dejado.
¿Un veneno para el cuerpo? Es la descripción más certera para esta sustancia. Y el hígado es el encargado de eliminarlo, pero por el consumo excesivo se inflama, engrasa y cicatriza, dejando lesiones que con el tiempo lo deterioran.
Si consumes alcohol en exceso, son altas las posibilidades de que un día despiertes y veas tu piel o el blanco de tus ojos, de color amarillo. A esto debemos sumar que podría aparecer fiebre, pérdida de peso y en tu abdomen se comenzarán a acumular líquidos.
Para diagnosticarlo, el especialista evaluará tu historial médico, pedirá análisis de sangre y una biopsia del hígado. Entonces, será necesario que tomes antibióticos, dejes el alcohol, cambies tu dieta y posiblemente sumes algunos corticoides para desinflamar el órgano.
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7. Sarcoidosis
Es importante destacar que sobre esta enfermedad no existe una etiología confirmada. Ahora bien, se trata de una inflamación sistémica que influye directamente en la producción de granulomas no caseificantes. Afecta piel, ojos, pulmones y ganglios linfáticos.
Con poca frecuencia daña otros órganos. Por sus características, es común en poblaciones afroamericanas y nórdicas. La ceguera es la manifestación ocular más grave. No obstante, es posible evitarla si se trata con tiempo. En cambio, la uveítis es más común.
Dentro de los síntomas más conocidos están: la visión borrosa, nódulos en el iris, sensación de cuerpo extraño, opacidades vítreas y exudados de color amarillo que se dispersan a lo largo de las venas que se encuentran en la retina.
Ojos amarillos y el mal funcionamiento del organismo
Como has visto, para que este trastorno se desarrolle es factible que algunos órganos estén funcionando con deficiencia. El hígado es uno de ellos. Por lo que tomar mucho alcohol, tener una infección hepática, hígado graso, cáncer o hepatitis es peligroso.
También, debes cuidar tu vesícula biliar de cálculos, tumores, quistes e inflamaciones para evitar que los conductos se bloqueen y así se acumulen los líquidos que debe execrar. Otro órgano que podría ocasionar color amarillo en los ojos es el páncreas.
La idea es que siempre pueda drenar hacia el intestino delgado, pero las infecciones, obstrucciones e inflamaciones obstaculizan su cometido. A esto se suman los trastornos en la sangre que afectan la producción de los glóbulos rojos.
Cualquiera de estas condiciones provocaría que tus ojos se tornen amarillos. En este contexto, no solo deberás preocuparte por el color. También, por otras dolencias, como fiebre, escalofríos, orina oscura, dolor abdominal, náuseas, pérdida de apetito, entre otras.
Mitos sobre los ojos amarillos
Existen mitos sobre las causas que motivan la parición del color amarillo en los ojos. Por ejemplo, muchos creen que tiene que ver con la ingesta de ciertos alimentos, como los que son ricos en vitamina A: zanahoria, melones, calabazas. Esto es totalmente falso.
Aunque ingerir ciertos alimentos afecta el estado de la piel, no quiere decir que suceda lo mismo con los globos oculares. No hay investigaciones que hasta ahora confirmen que una sustancia diferente a la bilirrubina, haga que tus ojos se vuelvan amarillos.
También, es un error pensar que el consumo en exceso de alcohol es lo único que genera el trastorno. Como hemos visto, el daño hepático alcohólico es una posible razón, entre muchas otras relacionadas con el hígado.
Visitar a un médico es la primera medida que debes tomar. Te evaluará y definirá qué hacer para restablecer tu salud visual y la del órgano en problemas. Ahora bien, no dejes todo en manos del experto, toma medidas en casa para mantenerte sano.